Friday, February 01, 2008

…De regreso con las manos en el rostro, los ojos apretados, los labios partidos... nuevamente en el claustro de salones viejos, aprisionado por fríos barrotes y sombrías murallas… se detienen mis pasos silentes e informes ante la única abertura, desde donde entra la última luz del día… de aquel sol que se me priva por locura… Entre nieblas cada golpe del carpintero oculta mis ahogados alaridos…