…Nada más execrable que tender atávicos nudos a nuestro laberinto… Nada más infame que abandonar el atelier atemporal… Nada más triste que aderezar con culpa el regocijo…
…Infaustos los hombres que imitan el crimen de Dédalo…
…y en el cielo se dibujó un pentáculo… sostenido por ángeles con exergos arcanos, y por fin pude proferir mi venganza… …no sin antes rendir homenaje a mil espíritus de dominios lejanos… …y cayó mi rostro enceguecido.. las palmas de mis manos abrazaron la hierba… ...una maraña de tormentas desatadas…
…En el jardín del edén que se oculta en toda alma humana, no cabe la locura ni la desesperanza… porque aunque del árbol perenne que sus eternas raíces afirma caigan sus frutos… y sea desnudado por una miríada de los más crudos inviernos, siempre renacerá en primavera…
...En un reino de tinieblas, el vacío de un horizonte invita a impetrar las más horrendas invocaciones, a sumergirse en lo más profundo del abismo...violar, aunque sea por un instante, la celda de nuestra caótica existencia...