La trampa de las frutas, tan abyectas como la misma carne, fue maliciosamente urdida por los rivales de los dioses, y atrajo sin remedio la inocencia del pequeño niño venido del Ganges quien al no ser advertido de su cruel destino fue descuartizado sin morir sufriendo cada desgajamiento de su cuerpo, luego hervido y devorado en un funesto banquete. Sólo su aún palpitante corazón fue milagrosamente salvado de las fauces titánicas por el gran dios quien en venganza fulminó con la ira de su rayo a los monstruosos seres caníbales para luego tragarse el divino corazón y embarcarlo a un nuevo nacimiento... De las titánicas cenizas, feroces y culpables, nació el primer hombre y la primera mujer, quienes heredaron asimismo la divinidad impregnada en la carne de aquel niño, sin embargo, es más grande la culpa de los titanes la que encandilará para siempre nuestra naturaleza celestial.
The Wizard
(microrelato libre de un mito)
No comments:
Post a Comment