Una aberrante tormenta de instintos sacude nuestras inconciencias. Los truenos impregnan cada uno de mis santos sacrilegios con huellas de sangre, y me erijo en un Dios cuando frente a sus nebulosas dudas me enfrento. Esta vez cuando el control maligno de mis deseos se apodera de mi, y enciendes el frío y blanco fuego bien adentro en mis pensamientos, caigo como un vil mortal en las heridas de siempre.
Encontraré el lugar donde ocultarme de las incomprensiones, y cerraré todas las puertas, sin signos de vida que puedan atraerte. Hasta que desaparezcas con un último beso. Porque sólo estoy a salvo en mi mente. Reconozco al mundo en la hermosa cara de Lucifer, y como muchos otros, yo aún estoy allí, y con él sembrando las semillas que todos cojeran mañana.
Cuando el sol se va no queda mas que deambular por las sombras, porque he visto el futuro y lo que vi no es nada parecido a lo que soñé. Un destino absurdo, meras tuercas y tornillos en un sistema orgánico-cibernético, un paraíso de impulsos eléctricos obligado donde todos los videntes querrían salir expulsados. Un lugar donde las manos de la justicia divina te degollarán cruelmente en el cadalso por tus antiguos pecados.
Si todo está escrito, sólo hay que tomar esos libros y arrojarlos a la hoguera para que enciendan el fuego de la libertad. Muerte y venganza a todos los dioses del cielo, tomen sus cabezas invocando mil designios en su contra. La Biblia y sus decálogos, el Corán, y la Torah; conviértanlos en espúreas cenizas.....y sólo adoremos a la serpiente enroscada.
The Wizard
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